Paul Caffyn es uno de los mejores kayakistas de la historia. En este post quiero repasar un poco la trayectoria de este kayakista de leyenda.
El hombre ya es mayor y sus míticos viajes son de hace unos cuantos años, pero precisamente tienen más mérito. Hablamos de una época donde ni había internet, gps, teléfonos móviles y el kayak de mar era un deporte minoritario. Sin patrocinadores, y en modo autonomía…todo era más complicado y arriesgado.
Paul Caffyn nació en 1946 y se inició en el piragüismo en el río Brisbane (Australia) a los nueve años. Pese a ello le pasó como a mí, y hasta la edad de 31 no se tomó en serio el kayak de mar. Ese 1977, Caffyn y su amigo Max Reynolds dejaron Te Waewae Bay, en la costa sur de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Navegaron juntos durante 27 días. Paul continuó solo durante otros 49 días por el resto de la Isla Sur. Ese viaje abrió la lata de buscar nuevos retos similares.
El verano siguiente (1978), Paul Caffyn rodeó navegando la Isla Norte de Nueva Zelanda en 86 días. Comenzó en y terminó en Makara en el extremo sur, cerca del estrecho de Cook. En 1979, Paul y Reynolds se unieron nuevamente, para cruzar los 40 km del estrecho de Foveaux. Luego completaron la circunnavegación en la isla Stewart, la más pequeña y meridional de Nueva Zelanda. Con este reto Paul Caffyn fue la primera persona en dar la vuelta a Nueva Zelanda en kayak
Ya en la dinámica de acometer un reto anual, en 1980 realizó la vuelta a Gran Bretaña junto a Nigel Dennis. Este reto conjunto de 3.500 km. se realizó en 85 días. Y eso que no eran de Bilbao.
VUELTA A AUSTRALIA
Paul Caffyn tras esos viajes tenía mucha experiencia en este tipo de aventuras. Sin quererlo ya estaba preparado para una de las aventuras de su vida. Durante una conversación con amigos de Nueva Zelanda, le sugirieron que debería circunnavegar Australia. Aunque bromeaban, a Paul se le iluminó una bombillita.
Atacar el reto de Australia era diferente. Las costas australianas plantean más dificultades que Gran Bretaña y las famosas aguas agitadas de Nueva Zelanda. Por no hablar de la monstruosa distancia total. Durante mucho tiempo se había considerado imposible su circunnavegación en kayak. Los peligros y condicionantes que te voy a contar eran, y son, brutales.
Paul tuvo claro que un viaje tan complejo costaría tiempo y dinero, por eso trató de encontrar patrocinio. Un cineasta al que se lo propuso quería incluir en un posible rodaje, un ataque de cocodrilo para «hacerlo más emocionante». O la propuesta era muy tonta, o el cocodrilo pedía mucho dinero, la cuestión es que financiarse a través de una película quedó descartado.
El viaje les pareció ridículo a otros patrocinadores, o peor aún, demasiado peligroso. Era posible que Paul desapareciera en un percance y el dinero invertido se fuese con él. La mejor oferta que recibió fue de $ 100 de descuento en la compra de la camioneta que iba a servir de apoyo en tierra y le llevaría suministros.
Al final, el mismo Paul financió el viaje. Caffyn y un compañero se lanzaron al océano en la bahía de Port Phillip, Queenscliff, Victoria, el 28 de diciembre de 1981. Los dos empezaron a palear en sentido contrario a las agujas del reloj alrededor de Australia. Sin embargo, después de unos días, su amigo abandonó, y Caffyn continuó solo. Usaba una emisora de radio de dos vías para comunicarse con algunos amigos en la costa que habían formado un equipo de apoyo. Le llevaban comida y agua. En algunas ocasiones acampaban y paleaban con él.
LA FORTALEZA DE PAUL
Al principio de la vuelta a Australia el principal desafío de Caffyn fue el intenso oleaje. Fuertes olas golpeaban la proa de su kayak, obligando a hacer apoyos importantes para no volcar. Algunas olas incluso le arrancaban el cubre. Paul tenía experiencia en esas condiciones, aun así en cualquier momento una ola podía ganar la partida y generar un accidente importante.
Con independencia de su nivel técnico, la fortaleza de Paul estaba en su visión de túnel. Una habilidad para enfocar su mente únicamente en el objetivo. Eso no es fácil cuando ese punto lo tienes a tantas jornadas de paleo. Y cuando por el medio hay tantos peligros que superar. Encontró un ciclón tropical alrededor del punto de un tercio de la isla, que amenazó con desviarlo del rumbo. Las fuertes olas dañaron su equipo, los tiburones tigre chocaban con frecuencia con su kayak en el Golfo de Carpentaria y tuvo que estar atento a los cocodrilos o serpientes marinas (letalmente venenosas). Todos esos peligros se multiplicaban en los momentos en los que estaba exhausto por no poder desembarcar, y la alerta era menor.
ACANTILADOS DE ZUYTDORP
De todos los riesgos del viaje, lo que más preocupaba a Paul eran los acantilados de Zuytdorp. Una zona abrupta de 150 km donde no es posible el desembarco, y arrimarse a la costa puede ser fatal por el oleaje. La zona era también muy complicada para comunicar por radio o recibir un rescate en un tiempo prudencial. Por eso se consideraba infranqueable para un kayak. El nombre de los acantilados proviene del barco que naufragó allí en 1712. Mal rollito.
Paul Caffyn valoró la posibilidad de hacerlo con dos kayaks, y montar con unos travesaños como una balsa para poder dormir, mear y descansar fuera del kayak. Para ello necesitaba otro palista y su kayak, pero como te dije, pronto acometió su aventura en solitario. Además cuando llegó a esta zona, ya llevaba 10.560 km navegados.
Una previsión optimista, lanzaba el dato de 36 horas de paleo ininterrumpido. El propio Paul, tenia su record en una travesía de 15 horas, incluyendo pausas. Valorando todas las opciones, se decantó por hacerla de un tirón, descansando lo mínimo. Llevaba lo mínimo: botiquín médico, radio, equipo de supervivencia, dos sándwiches y unos paquetes de Iced Vovos (una popular galleta australiana). Añadió pastillas de cafeína para mantenerse despierto y pastillas de Lomotil para posibles diarreas. Por experiencia ya te digo que son muy desagradables encima de un kayak del cual no puedes bajar. Hizo un agujero en la entrepierna de su traje de neopreno y colocó una solapa de velcro en la parte superior para permitir orinar. Este detalle de no ir con la chorra al aire, me encantó.
Consciente de los peligros, pero sin darle muchas vueltas, aseguró su bolsa de cubierta, cerró los tambuchos, se colocó el sombrero de paja y se dispuso a enfrentar el amenazador muro de piedra caliza que nunca vio un kayak. “No sabía si podía hacerlo, no sabía si tenía la fuerza mental, o la fuerza física, para remar toda la noche sin dormir. Ni siquiera pude desayunar de tan ansioso ”, dijo. Finalmente lo logró, en una lucha contra los elementos, y sus miedos. Le costó 34 horas de paleo seguido, pero lo logró.
FINAL DEL VIAJE
El 24 de diciembre de 1982 regresó a Queenscliff, donde había comenzado 360 días antes, tras 15.000 km y 257 de navegación. Sorprendentemente hubo poca repercusión, aparte de los amigos que le esperaban en la playa, y unas botellas para brindar (ahí tienes la foto). Tuvieron que pasar muchos años, hasta que en 2012, Paul Caffyn recibió la Orden del Mérito de Nueva Zelanda, uno de los más altos honores civiles del país. Se lo ganó por muchas cosas: su trabajo al aire libre, su dedicación posterior a la seguridad del kayak. Y, por supuesto, por completar uno de los mejores viajes en piragua de todos los tiempos. Su viaje se recogió en un libro: The Dreamtime Voyage: Around Australia Kayak Odyssey.
Este alucinante reto tuvo que esperar al 2009 para que se repitiese, en este caso por una mujer, Freya Hoffmeister, que invirtió 322 días para dar la vuelta en kayak a Australia. Pero esa es otra historia que otro día contaré.
OTROS VIAJES DE PAUL CAFFYN
Lejos de relajarse Paul acometió más aventuras. En 1985 rodeó en solitario de las cuatro islas principales de Japón. En 1991 completó el primer viaje en kayak de mar en solitario a lo largo de toda la costa de Alaska. En 1997 dio la vuelta a Nueva Caledonia. En 1998/1999 realizó dos expediciones por Groenlandia con Conrad Edwards. Entre 2001/2002 Circunnavegó la isla de Phuket.
En 1987 y 1989 intentó por dos veces cruzar el mar de Tasmania en un kayak doble, en ambos casos no pudo ser. Andrew McAuley lo intentó por última vez en 2007 pero es otra historia que cuento aquí. Mucho de los datos e imágenes provienen de la web del propio Paul Caffyn