RECORRIDO EN EL RIO EBRO EN OTOÑO

kayak al riu ebre

Como los buenos amantes hemos vuelto a hacer kayak al río Ebro. Desde aquella primera vez en el 2006 cierro los ojos y me cuesta no recordar algún año que no lo visitamos. Este 2015 antes de dejar pasar la oportunidad hemos navegado en otoño. Que mejor ocasión que la quedada otoñal de kayakdemar.org, que este año ya va por la octava edición, y con más de 60 kayaks en esta cita. Con mi hijo nunca la había hecho en otoño con lo que tenia una excusa perfecta para engatusarlo. Mi hijo ya pide paso y quería ir con su propio kayak, pero aun lo veo verde para hacer 30 km él solo. El recorrido del Ebro en esta quedada siempre es el mismo: entre las poblaciones de García y Benifallet. Si prefieres mira el track de otros años.

FRESCO OTOÑAL

La previsión del tiempo era excepcional para toda España, pero como gato viejo me llevé mi arsenal de ropa de abrigo. Un río entre montañas como en este recorrido del Ebro, tuerce las mejores previsiones. Cuando salimos de Xerta donde habíamos dormido en el Albergue, había un cielo despejado y viento. Aguas arriba en García la niebla lo dominaba todo y el termómetro llegaba a los 8 grados. El ambiente frío y plomizo nos acompañó todo el recorrido hasta que llegamos al puente del Llaguter en Benifallet.

REMOLCANDO QUE ES GERUNDIO

Como cada año antes de embarcar, caras amigas, otras conocidas y muchas nuevas. Y es que lo divertido es que hay gente que invita cada año a otras a conocer este recorrido del Ebro en kayak. Una forma genial de debutar en este deporte, aunque a algunos se les atragante. Ese fue el caso de un chaval veinteañero que se quedó muy atrás desde principio del recorrido. No había forma que fuese recto por mucho que le decían sus compis. Así que saqué mi cabo de remolque, y lo estuvimos remolcando un buen puñado de kilómetros, hasta que se soltó (tomó confianza).

Este remolque nos fastidió un poco porque no pudimos visitar los galatxos, que es como se llama en la zona los brazos o islas que forma el río Ebro. De todas formas, el río llevaba muy poca agua, puede que haya sido la vez que menos caudal tenia de todas las veces que he estado. Eso complicaba el paso por algunas islas donde la profundidad era de centímetros. De hecho en todo el recorrido nuestro kayak se quedó tres veces embarrancado. Con paciencia y saliva el elefante se la metió a la hormiga. Con armas parecidas, salimos de los enganches con el fondo del río. Eso si al empujar con las manos, los guijarros me dejaron las manos rascadas y doloridas.

VIENDO PARAJITOS

Como cada vez que hemos ido por esta época el rio Ebro es un parque temático para los que les molan los pajaritos. Hay más que nunca, y nos llamaban mucho la atención las garzas y patos. También los blauets, pequeños pajaritos azules que revolotean muy rápido por las orillas y a ras del agua. Son característicos del rio Ebro. Habían muchos más pero no sabíamos sus apellidos. Algo nuevo nos pasó en el afluente Siurana. Cientos de diminutos peces saltaban a nuestro paso como si lloviesen piedras.

La parada para comer fue como siempre en Miravet, puede que el pueblo mas bonito a la orilla del río Ebro. El plan era haber salidos todos juntos hacia Benifallet, pero los de la fideua no terminaban de comer. El frío y el viento, nos pinchaban a los que estábamos fuera parados y esperando. Por eso, al ver que unos grupitos emprendían el recorrido, mi hijo y yo nos echamos al agua. Este tramo sacó sus mejores colores otoñales regalándome mis mejores imágenes. Este tramo entre Benifallet y Miravet puede que sea el más chulo del rio Ebro, y en otoño gana en color.

Antes de llegar a Benifallet a la izquierda esta la illa de Cateura, donde el río se vuelve estrecho. Justo en el momento de cruzar la illa el sol salió y nos regaló el momentazo del recorrido por el Ebro con su mezcla de verdes y ocres.

Ya poca historia le quedó a la jornada. Recoger todo, abrazar a los amigos y volver a casa ya de noche. Como anécdota, decir que al salir de Tortosa en una rotonda me pararon los mossos d´esquadra (policia catalana). Cuando ya tenía el ojete apretado, me hicieron continuar. Solo querían ver que llevaba la placa V20 colocada. Solo apuntar que lo llevaba como siempre, con lo que me reafirmo que es la mejor manera de llevar la V20 aunque no sea la forma literal que marca la ley.

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