Desde hace dos años, desde el foro kayak de mar, se organiza un encuentro desorganizado en el Ebro. Desorganizado porque nadie manda, ni tiene ningún compromiso. Y organizada porque se pactan unos horarios y algunos aportan medios y tiempo para facilitar la participación de algunos. El resultado ha sido muy bueno, con más de ochenta kayakers, sin ningún percance, y lo más importante, cumpliendo horarios. Hay que pensar que en esta época del año las pocas horas de luz, es una espada que no tiene piedad para nadie, y teníamos 30 kilómetros y una paella por delante. Sobraba de todo, menos de horas de luz.
Este domingo el Mediterraneo se quedó vacío de kayaks, porque muchos estaban en el Ebro. Era difícil abstenerse de la fiesta, y mi chica y yo, no podíamos ser menos. Más que nada porque era una ocasión para ver de nuevo a los amigos de este mundillo. Relaciones que es con mucho, lo mejor que he sacado dándole a la pala. Pepe, Paola, Hombre al agua y su chica, Victor de kayakeros, Manu, Txus, Ladykayak, Josep María , Josep Enric, Marc Setó, Carme Adell, Emilio , Rafa Gurugú , Franmaresme, Espiritu del Tambucho, Inua, Capitanremo, Lluís de Beniemocions , Tortugueta ….. y unos cuantos más que ahora no recuerdo. Ver a todos ha sido para mi el eje de este día.
Los encontré a casi todos en el embarcadero de García, a donde nos subió un microbús desde Benifallet, parking de los coches. Aquello era como los preparativos de una batalla. Kayaks de todos los colores desperdigados mientras sus tripulantes preparaban su equipo. Vinieron muchos abrazos con los amiguetes, por cariño y para pasar el frio que hacía. Los ocho o nueve grados de temperatura a pie de rio con tanta humedad dejaban tieso (el cuerpo) al más valiente. El tema era no estar parado e ir preparando todo para echarnos al agua. Una vez en el rio, y tras unos consejos de Lluís, pusimos proa hacia Mora de Ebre. Remando, el frio se llevaba mejor, y eso que la niebla no se acababa de marchar. Las nubes tampoco querían perderse la quedada y hasta nos soltaron un ligero xirimiri. Del paisaje dejaré que hablen mis fotos.
PARADA EN MORA D´EBRE
En Mora d´Ebre hicimos una parada de reagrupamiento, porque con tanta gente, diferentes ritmos, y la corriente que dificultaba mantener la posición, convenía esperar a todo el grupo. Pasamos el puente de Mora (para mi el mas chulo del recorrido) saludando a nuestras groupies que nos animaban. Los kilómetros iban cayendo y las nubes se iban levantando dejando un día más soportable. Nuestro kayak seguía a gente del terreno, que navegaba por donde la corriente ayudaba más. Sin embargo en un punto mi mujer y yo nos empezamos a sentir cansados.
Pese a que ya había navegado por este tramo hacía varios años, el gps, me chivaba lo que faltaba para dosificar las fuerzas. Cuando la cosa peor estaba, la peste de unas granjas de cerdos y luego el olor a leña quemada, nos motivó a hacer el último esfuerzo para llegar a Miravet, donde nos esperaba la paella. Luego resulta, que «eso» que nuestros vecinos de Tarragona llaman paella, estaba cocinada a gas. La gente de Castellón relacionamos en nuestra mente, el olor de leña , un domingo a las , dos de la tarde……con el sagrado ritual de la paella. Debe ser algo ancestral y difícil de entender si no lo has mamado.
Poco a poco, fuimos ocupando todo el embarcadero de Miravet, donde el sol hizo acto de presencia en la quedada. No había confirmado asistencia, y no se le esperaba. Había hambre, y en un local calentito que nos cedieron dimos cuenta de la «horrible» paella (lo siento pero no soy imparcial) y el buenísimo pollo, sin tener misericordia con las botellas de vino. Lluis nos dedicó unas emocionantes palabras, y para cuando nos tuvo en un momento tonto, nos dijo «TODOS AL RIO». Planeaba la tentación de hacer tertulia , y no podíamos caer en ella. Por la parte que me toca, fuimos de los primeros de echarnos al agua.
Mi chica estaba cansada, con frio y sin muchas ganas de remar. La estrategia era clara, no dejarla pensar, y antes de que las dudas fuesen a más, estar dándole a la pala rumbo a Benifallet. Pasamos por dentro del viejo molino (creo que árabe). Hacía tiempo que no lo hacía, y había que aprovechar el bajo caudal. Íbamos un poco a la nuestra. Esta zona la hemos navegado unas cuantas veces, y no queríamos tener tratos con el viento que también se apuntaba a la quedada por momentos. Más que nada, porque tiene muy mal carácter, y es algo traicionero en esa zona. Además el sol deslumbraba y poco dejaba ver. Por todo esto lo que queríamos era llegar pronto a Benifallet.
SUSTO EN EL EBRO
Y en esas que vivimos la “anécdota” de la jornada. En medio del rio se escucharon unos gritos. Era un padre que chillaba a su hijo, porque en una ráfaga, el adolescente se había ido al agua. Josep María y nosotros , nos acercamos a rescatarlo e izarlo al kayak. El tema es que con el viento y la corriente, no fue fácil que el chaval se soltase de su kayak, y se cogiese a nuestro kayak doble. Por un momento la corriente parecía que se lo llevaba. No es que fuese fuerte, pero mirando la cara del chaval creo que era lo último que necesitaba. Con mucho oficio, Josep María vació el kayak volcado, y luego lo sujetamos para que el joven volviese a bordo, mientras el padre solo se limitaba a berrear al hijo y mantenerse a distancia. Cuando nos tranquilizamos porque todos estábamos bien, mi mujer se dio cuenta que su pala no estaba. En la confusión del rescate la soltó y el rio se quedó con una estupenda Aquabound Eagle Ray de Carbono.
Tuvimos que hacer los últimos nueve kilómetros remando yo solo. Por suerte, estoy acostumbrado cuando remo con mi k2 y mi hijo. Ahora habían más ganas todavía de llegar a Benifallet, porque una hora sin remar, también dejaba fría a mi mujer. Parece mentira pero a veces hace más fuerza al remar la cabeza que los brazos. Y me hice el tramo de un tirón y de forma honrosa. Aquí el track
Nos despedimos de los amigos, y de otros no pudo ser porque no habían llegado, y no podíamos esperar. Teníamos que volver a casa a hacer de papis. Desde aquí nos disculpamos si no te dijimos adiós. Al final cené la paella fría de mediodía que había hecho mi mamá….y si, para esto de la paella soy ultranacionalista 🙂