Esto que os cuento me ha pasado esta mañana. Había salido con el grupo de kayak Nules y el club Espadá Millars. El mar estaba un poco picado, pero yo como otras veces navegaba muy cerca de la orilla, un poco separado del grupo. Habíamos salido desde Nules en dirección a Moncofar.
A la altura del camping de Nules he visto movimiento de personas en la orilla. Habían pescadores, y paseantes que unos metros arriba de la escollera tenían una visión privilegiada. Me he arrimado porque algo pasaba. La prueba es que en unos instantes se ha congregado un grupo un grupo de 15-20 personas.
No podía arrimarme demasiado porque habían sedales de cañas, pero es que conforme estaba el mar una ola traicionera me podía estampar contra la orilla. Estas playas tienen un escalón justo en la playa que forma una ola potente y borde en los últimos cinco metros.
Pronto mi intuición me ha dicho que se trataba de un animal. Una tortuga ?? un pez luna ?? Una dorada borracha ??. Un pescador le lanzaba su cebo con la esperanza de que picase. Otro me decía «chico, sácalo con la canoa». Un valiente con una barriga más grande que un saco de patatas ha lanzado con decisión la camiseta en la orilla para ir a sacar lo que fuese.
En ese momento el animal ha sacado con una mezcla de debilidad y orgullo la aleta dorsal. He visto enseguida que se trataba de una tintorera, un tiburón de los que hay por el Mediterráneo. Pero la forma de nadar y de mostrar sus aletas me ha hecho temer que estaba enfermo o desorientado. Ir nadando tan cerca de la orilla, y con apenas un metros de profundidad unos 30 metros me ha dado que pensar que tenía problemas.
Me he arrimado, para verlo de cerca, pero al sentir el contacto de mi proa, se ha sumergido y desaparecido del todo. Desde la orilla me han dicho de todo, pero creo que de alguna forma he salvado a este ejemplar de la gente que iba por él.
No era pequeño debía medir entre 1 metro 1,40 metros, y tenía un precioso color gris. Pero bueno, es el primer tiburón que he visto en el medio salvaje. Por otra parte me ha dado mucha pena esa gente que hubiese hecho cualquier barbaridad con el tiburón, sin ningún motivo.