DE BENIFALLET A XERTA EN KAYAK

torre de mollet rio ebro

Este domingo hemos tenido nuestra cita anual con el rio Ebro, algo que ya se ha convertido en una tradición desde la primera vez que estuve allá por el 2006.Le había prometido ir a mi hijo con el kayak, y cuando vas en ese plan no debes salirte de los meses calurosos. Hoy el tiempo ha sido el protagonista. Estaba muy nublado, y la temperatura era de unos 24 grados, que se agradecen mucho en lugares tan húmedos como este. Se puede asegurar que no hemos tenido calor, y eso que estamos en agosto. Hemos levantado la vista muchas veces a cada sonido de un relámpago, e incluso algún rayo hemos visto caer en las montañas. Pero, por suerte no hemos pasado del acojone, y no nos hemos chopado.

Tras el movimiento logístico de coches, nos hemos echado al agua en Benifallet tres kayaks: Txus y su hijo pequeño, Celia (mi mujer) y yo con mi hijo. El barquito que da paseos por Benifallet nos ha animado con su bocina el embarque. Y por si fuese poco, su cargamento de abueletes, nos ha jaleado e inmortalizado en cámaras de aquellas de carrete. Ha sido emocionante…… al menos para mi porque nunca había hecho este tramo, y era un buen augurio. Nuestro viaje nos llevaría hasta Xerta, en la otra margen, pasando por Tivenys. Nada mas salir de Benifallet, nos hemos encontrado con un rio Ebro muy tranquilo, en una estampa primaveral. Era un maldito espejo, donde era muy sencillo sacar fotos de postal. Pese a que llevas la carretera c-12 muy cerca, y eso estropea un poco el trayecto (paso de camiones y coches), el lugar es muy bonito…y muy abundante de aves. Algo que nos ha gustado ha sido una especie de molino que hemos bautizado como «torre de la princesa». Ya se sabe que a los niños hay que fantasear para que todo les mole mas. En realidad se trataba de la torre de Mollet de epoca medieval. Cuando estábamos abajo hemos visto que estaba lleno de balazos de la batalla del Ebro. O era eso, o es que la princesa le debía pasta a la mafia.

Llevábamos como una hora remando cuando nos hemos plantado frente a la Assut de Xerta. Es un lugar por donde se apretuja al río de forma que parte de su caudal se desvía por unos canales para llevar el agua lejos. Esto en la practica supone que hay una rampa de unos cuatro metros, que ocupa todo el cauce, que no conviene franquear y menos con tan poca agua. La alternativa es tirar pie a tierra y cargarse los kayaks encima (una tortura) o pasar por la esclusa. Esto ultimo es tan fácil como llamar para avisar. Y encima es gratis. Esto rompe con ese tópico tan típico de los catalanes. Todos estábamos de acuerdo en elegir la opción B. Pero mi hijo, que se había venido portando genial, no quería pasar la esclusa. Le habíamos dicho que era un «ascensor de agua» y el se lo imaginaba como un enorme tobogán y eso lo aterraba . Es por esto que entre lloros y sollozos nos ha puesto a todos un poco nerviosos, y nos hemos equivocado de canal para entrar en la esclusa. Eso y que estaba señalizado como ese lugar donde termina la espalda (si, el culo).
Si vais, es el canal de la derecha. Siguiendo unos cien metros por ese canal llegamos a la esclusa. Entras dentro , y hay unos pantalanes por si quieres desembarcar. No vale la pena, porque la cosa va rápida….pero si que te sientes mas seguro si te agarras a ellos. Se cierran las puertas, y es muy divertido porque te sientes como en un enorme fregadero, que están vaciando. Menos mal que no ves el sumidero, porque entonces acojonaria. Al final la marca del agua te hace ver como desciendes cuatro metros largos. El chapoteo de algunos peces que no se han acostumbrado a ese rápido cambio del nivel te devuelve a la realidad. Se abren las compuertas (enormes y anchas) y eres libre.

Un poco mas abajo encontramos a la izquierda el pueblecito de Tivenys, y un kilómetro largo a la derecha ,Xerta, nuestro destino. Los niños ya tenían hambre, pis , caca y de todo. El motín volaba sobre nuestras cabezas. Mientras Celia daba avituallamiento a las fieras , los papis recogimos todo. Eso de mojarse con agua dulce, y no llevarte arena de playa a casa simplifica las cosas, o al menos es mas agradable lo de recoger. Todos arregladitos se trataba de comer algo decente. Había un chiringuito donde desembarcamos, paradójicamente cerrado un sábado de Agosto. Es por ello que dimos una vuelta buscando un lugar donde comer. Nos recomendaron el de las piscinas (tampoco había mucho mas para elegir) y fue sentarnos y caer la del pulpo. La comida estuvo muy buena, y creo que nos supo mejor por el hambre, y la sensación de que hasta el ultimo momento el tiempo nos había mimado.

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