EL DIA MAS CORTO

Aprovechando vacaciones, y el anticiclón he salido a navegar solo este 21 de diciembre. El recorrido era nuevo: entre Almazora y Nules. Paradójicamente es el tramo que más cerca tengo de mi hogar (apenas 9 km) pero que es el único que me faltaba por navegar de la provincia de Castellón. No quería dejar por mas tiempo esa deuda pendiente en mi cabeza. Mi mujer me llevaba a la salida y luego me recogía, con lo que la logística quedaba solucionada.

Esta zona del litoral de Castellón, no está tan construida como otras. En buena parte por la erosión costera generada por el Puerto de Castellón y el de Burriana. Eso genera un paisaje donde predominan las defensas de rocas hechas por el hombre para soportar los empujones del mar. También es más complicado desembarcar con el kayak en algunos puntos.

Después del temporal de hace cuatro días todavía quedaba un pelín de mar de fondo, y el mar era marrón por culpa de tanta arena en suspensión. He pasado el momento más apurado de salir de la playa, donde me he comido una ola, pero luego ya me he relajado. Ya había estrenado mi pala Gearlab, pero hoy iba a hacerle unos cuantos kilómetros más.

ENTRE ALMAZORA Y BURRIANA

El primer tramo entre Almazora y Burriana era el que más curiosidad me generaba, por lo desconocido. La erosión se comió los caminos costeros, y solo la puedes transitar por una playa descontinua de cantos que es muy desagradable de transitar. Pocas sorpresas me ha dado, puesto que desde la orilla todo son cañas, naranjos y alquerías abandonadas. Al llegar a Burriana he encendido mi nueva emisora Icom m-23.

Me ha parecido una buena forma de practicar, llamar al puerto de Borriana para avisar que iba a cruzar la bocana en kayak. Lo he hecho, y me han contestado que habían recibido el mensaje, pero no veo que hayan hecho nada. Se supone que debían avisar por radio a otras embarcaciones. Y han entrado dos, después de llamar.

Superado el puerto de Burriana ya he puesto proa a Nules donde he parado a almorzar al solecito invernal. Como ya imaginaba que en esa época del año no hay nada abierto me he llevado la cervecita de casa. Sin hacerlo muy largo me he puesto otra vez en marcha. Se ha levantado un poco de brisa en contra, que me lo ha puesto más difícil para llegar a Moncofar. Aquí ya ha sido territorio mas navegado por mi, y por eso no había muchas razones para estirar mucho más el recorrido. Por eso la travesía ha terminado en la playa el Cerezo de Chilches. Aún quedaban algunas horas de luz en este día más corto del año, pero ya no ganas de remar más.

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