VINAROZ

kayak de mar en vinarozEste domingo pasado se celebró un encuentro informal en Benicarló (Castellon) con los amigos del club gurugu kayak. Se trataba de navegar por la zona mas al norte de la provincia concretamente en Vinaroz. A las nueve era la hora de encuentro, y cuando estuvimos todos empezó a llover. En estos tiempos de sequías, transvases, y disputas por el agua dulce, la lluvia parecía que nos iba a fastidiar. Si algo faltaba a la inestabilidad, había previsión de vientos fuerza 3-4.

Salimos rumbo al norte de Vinaroz, y el mar no tenia mala pinta. Estaba verde como un melón. En el horizonte era todo una sopa de mar y nubes grises. No paraba de llover y se le  veía mal futuro a la salida. Personalmente no tengo problema de remar con lluvia, aunque esa era de la que calaba y no me hacia gracia chuparme los 90 km de vuelta mojado. Aunque voy equipado para no mojarme demasiado, tampoco era cuestión de navegar si la gente no quería. Decidimos llevar la espera en seco , tomando un café. La lluvia no paraba, y a juzgar por la cara de los compañeros que se asomaban los compañeros a la calle, ya hacia cuenta de no navegar esa mañana.

Cuando paró un poco, la gente se animó a preparar el material. En un plis plas estábamos todos vestidos, y con los kayaks en la arena. Hay que admirar que de los mas de 20 kayaks, nadie se arrugó, y salió todo el mundo. Salimos rumbo la norte recorriendo poco mas de 5 km. Pese a lo heterogéneo del grupo (pepinos como el Nordkapp contra Bic Tobago) navegamos en un grupo compacto. Ese día estrenaba mi nueva pala Werner Cascadia. Las sensaciones eran buenas aunque llevábamos las olas a favor, y debía corregir el rumbo. Las paladas para este fin, me costaban más de lo normal. La pértiga curvada, requiere su adaptación y a mi me hacia meter mal la pala cuando la palada era abierta.

Llegamos a una playa de piedrecillas y bajamos allí, para tomar algo. Por si no lo he comentado nunca, los Crocs se llevan muy mal con esas piedras cuando se meten bajo el pie. Al embarcar a la vuelta tuve que salir sin cubre, y vaciarlos de pequeños guijarros. Aproveche la espera de los compañeros para instalar mi “envidiado” trípode y grabar vídeo. Aqui, y aqui, los teneis.

Conforme volvíamos se hizo un enorme claro, y salió el sol en Vinaroz. En el horizonte había unas nubes preciosas, blancas y luminosas. Parece que hubiesen abierto un enorme agujero , por donde nos entró un importante viento en contra. La vuelta fue mas divertida que la ida, remontando unas olas respetables, y el viento. Pese a todo , pude comprobar que manteníamos una velocidad algo por encima de los 6 km/h, no muy lejos de los 8 km/h con el mar a favor en la ida. Sin embargo el grupo se estiró esta vez, y no fue tan junto.

Aquí teneís la ruta. Llegando a Vinaroz , tras las montañas del maestrazgo habían unos nubarrones muy negros, que hacían un bonito contraste con el sol y el cielo azul, que teníamos nosotros encima. Todo era una falsa tregua. En el rato que llegaron los rezagados, y subimos los kayaks junto a los coches, los nubarrones se nos echaron encima. Tuvimos el tiempo justo para cambiarnos antes de que cayese el diluvio universal con granizo (de regalo).

Bien está lo que bien acaba. Al final los sedientos tuvieron su lluvia, y los kayakeros nuestra jornada de travesía.

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