Este domingo tocaba remar por un lugar prohibido y misterioso. Estoy hablando del tramo entre Calafat y l´Hospitalet del Infant, en la preciosa costa daurada. Se trataba de llegar a una cueva con el sugerente nombre de cova del Llop Marí (lobo marino), y un tamaño XXL. Por el medio teníamos la central nuclear de Vandellós, con su zona costera de acceso restringido y con el mal rollo que siempre da una mole de éstas. La zona la conocía de ir en bici, pero al ser la costa intransitable por culpa de la central, hacerla en kayak era una forma genial de descubrirla palmo a palmo.
Como no podía ser de otra forma el día comenzó con madrugón importante, para esperar la llegada de Vicent que venia a recogerme con su coche. La verdad es que valió la pena, porque llegar a la preciosa playa de l´Almadrava a primera hora, significaba cazar en la retina una postal importante.
Al final éramos un grupo de unos nueve kayaks, la mayoría del club Gurugú de Benicarló. Al principio no podíamos arrimarnos a la costa puesto que había que respetar la zona balizada frente la central nuclear. Por eso en cuanto me dejaron las boyas navegué a palmos de las rocas. El agua estaba terriblemente transparente. Y es que el propio monstruo de la nuclear ha espantado toda presencia humana. El mismo ogro atómico ha sido agresor y protector de este trocito de costa daurada. Menuda paradoja.
LA COVA DEL LLOP MARI
Ha sido una gozada para los sentidos pero lo mejor ha llegado detrás de un recodo. La cova del llop marí, enorme y con una pequeña playa en el interior. En kayak es fácil llegar. Si quieres hacerlo desde un barco o la playa del Torn, toca nadar un cacho. Podría contar mucho sobre la cueva, pero mejor mira el vídeo.
Por aquello de estirar un poco el recorrido y ganarnos la cerveza, hemos navegado hasta el final de la playa del Torn, donde los campings. A la vuelta nos hemos asomado al puerto de Calafat. Yo iba tomando nota de lugares muy rocosos, y de poca profundidad ideales para volver con mi hijo y hacer snorkel.