España ofrece a los amantes del kayak una variedad enorme de enclaves naturales en los que practicar este deporte, tanto para aquellos que prefieren remar sobre agua salada como para los que disfrutan deslizándose por ríos o lagos. Pero si bien es cierto que al lado de casa podemos encontrar parajes increíbles, también lo es que habitualmente solemos echar la vista más lejos en busca de destinos que nos permitan conocer lugares y culturas nuevas al tiempo que practicamos nuestro deporte preferido. En este sentido, el norte de Europa cuenta con dos de los parajes a los que todo amante del kayak querría viajar al menos en una vez en su vida. Eso sí, no son baratos.
Noruega es sin duda el país que más veces sale en una reunión de amigos a la hora de decidir a dónde viajar en busca de rutas espectaculares. Lo malo es que su mención suele venir acompañada del típico «solo si nos toca el Euromillones», ya que tanto el viaje como el alojamiento y la vida allí supone un gran desembolso de dinero. Si algún día llega el momento en el que nos podemos permitir esta inversión, el archipiélago de Lofoten será el primer lugar a visitar. Formado por un total de siete islas principales y ubicado en el oeste del país y al norte del Círculo Polar Ártico, este archipiélago está considerado como uno de los destinos de referencia a la hora de practicar kayak por sus increíbles aguas cristalinas, la riqueza marina que éstas esconden y un paisaje natural de una belleza inigualable.
La práctica de kayak puede llevarse a cabo de manera individual o con un guía. En cualquiera de los dos casos existen diferentes empresas que alquilan material y ofrecen packs de clases. Remar por las aguas tranquilas de Lofoten en compañía de focas, mamíferos muy frecuentes por estas zonas, permite conocer un paraje de una gran biodiversidad, por lo que se recomienda hacer paradas entre remo y remo para disfrutar del espectáculo natural con bosques increíbles que ofrece el entorno. De hecho, las leyes noruegas permiten acampar al aire libre durante 48 horas siempre y cuando no haya vallas que acoten el terreno, así que no hay excusa para no tomarse un tiempo de descanso antes de volver a nuestro kayak.
Otro de los puntos positivos de este archipiélago, y que supone un plus para viajar hasta tan lejos, es que el lugar invita a llevar a cabo diferentes deportes, algo especialmente interesante para los más aventureros. De esta forma, Lofoten se erige como un destino ideal para practicar senderismo, ciclismo, rafting e incluso golf.
Por si esto fuera poco, viajar a Noruega nos permite no solo conocer lugares nuevos sino también una cultura diferente a la nuestra. En este sentido, y teniendo al mar como protagonista, el país nórdico cuenta con infinidad de curiosidades y supersticiones ajenas a nosotros. Del mismo modo que ocurre con los números o los colores (por el ejemplo el tres tiene connotaciones positivas en Suecia e Italia pero negativas en Vietnam y Japón), los noruegos cuentan con sus propias particularidades. Un ejemplo de ello es que los cazadores de ballenas creen que si se cruzan con un barco en el que viaje un sacerdote, su presa se escapará.
También podemos disfrutar a nivel gastronómico, ya que los platos típicos de este país son muy diferentes a nuestra paella y jamón. Una de las delicias noruegas de esta zona es el stockfish, una especie de bacalao desecado cuya degustación se propone desde la Oficina de Turismo de Noruega.
El segundo destino de ensueño se encuentra muy cerca del anterior, en Suecia. Se trata del archipiélago de Bohuslän que, situado al este del país y al norte de Gotemburgo, cuenta con más de 5.000 pequeñas islas que salpican el litoral de rocas graníticas. El recorrido en kayak a través de sus altos acantilados es especialmente tranquilo y bello. Al igual que ocurría en Lofoten, a medida que se va remando por las aguas cristalinas de esta zona van apareciendo en el horizonte unas curiosas compañeras de travesía: las focas. Además de focas, Bohuslän cuenta con una gran diversidad de fauna marina, por lo que el viaje en kayak también puede valer para conocer un poco más sobre el mundo animal.
Además de su claro atractivo a la hora de practicar kayak, el archipiélago cuenta con una gran cantidad de pequeñas aldeas pesqueras dignas de aparecer en cualquier postal del país. De hecho, se pueden realizar rutas para visitar varias de ellas en un día, si nos lo permiten las fuerzas. Entre todos ellas destaca Mollösund, famoso por su casco histórico formado por un laberinto de pequeñas calles cuyas casas de madera están edificadas sobre varias piedras, unas encima de otras, desafiando a la gravedad. En Gullholmen y Käringön, por su parte, se pueden degustar mariscos de gran calidad, como la langosta y las ostras.
Como veis, tanto Noruega como Suecia cuentan con lugares espectaculares para la práctica del kayak, así como para hacer turismo. Ahora solo hay que esperar que a alguno de nosotros le toque el Euromillones…