CURSO DE KAYAK PARA NIÑOS

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Esta semana hemos estado de curso. Y digo hemos, porque aunque yo estoy muy verde en algunos aspectos, el que de verdad aprendía era mi hijo mayor. El curso era impartido por Tomas, presidente del Kayak club Millars. Estos chicos se dedican básicamente a las aguas dulces (y bravas). Pero como hacer debutar a niños en ese medio, es un poco arriesgado, buscan aguas más tranquilas. Es por ello que para los cursillos de verano los veras en la playa de Almazora (Castellón).

Podría haberme limitado a haber hecho de taxista, y solo llevar a mi hijo, y quedarme en la orilla. O mejor todavía , tomando una Estrella en el xiringuito. Pero no soy de esa pasta, y aunque era un poco de rollo, todos los días llevaba y devolvía mi Rotomod Ysak. Ayudaba a controlar los crios (eran ocho niños y dos monitores) y de paso yo también aprendía. Se trataba un poco de ver que actividades se les hace a los niños, para que aprendan. Los chavales enseguida lo pillan todo, y tras unas nociones en la arena….al agua. El movimiento se demuestra , remando, y los peques, no podían estar parados. Aun así, otro de los pasos que siempre hay que cumplir, es el volcar en la orilla (sin cubre) y salir. Por una simple cuestión de matar falsas creencias (el kayak me tragará…..se me comerán los calamares……).

Tras familiarizarse con los movimientos en el agua, como llevar el kayak por donde tu quieras, girar, frenar, lo siguiente es saber agruparse. Luego viene el volcar (también vale tirarse) a distancia de la orilla y reembarcar, mientras te aguantan el kayak. No se si es porque los niños son proporcionalmente pequeños comparados con el kayak, pero que envidia verlos subir con esa agilidad.

Los dos últimos días fueron de juegos , haciendo una especie de kayak polo con globos de agua. Que buena idea para aprender a maniobrar en poco espacio. También hubo carreras porque los chavales lo llevan en la sangre la mayoría. Aunque esté mal decirlo, mi hijo remaba ya bastante bien, para lo que se puede esperar para un niño de nueve años. Sin embargo me interesaba que diese el paso de navegar el solo en un kayak, en un barco más pequeño y maniobrable que el Ysak. también que el mismo valorase que en el kayak,, como en el amor, en compañía…..mucho mejor. Y por supuesto que recibiese el trato de un monitor, con muchas mas tablas que yo, en esto de enseñar. Como padre soy muy protector y también hay que saber dejar volar. El balance ha sido muy positivo, y mi hijo ha salido navegando mejor.

Ahora creo que ya está preparado para ir haciendo salidas cortitas este verano , yo con Naranjito, y el con Ariel. No significa que se haya terminado lo del kayak doble, puesto que esa forma de navegar, queda para salidas con más pretensiones. Pero ahora que hay una base técnica, y confianza del niño, hay que dar pasitos en aquello de cada uno con su barco. Espero que no me cueste mucho dinero la broma, porque mi hijo enseguida ha dejado claro que le gusta el buen material. Desde el primer día quiso mi Werner Camano, y no dejó que le diese cambiazo en las otras sesiones.

Yo por mi parte me he reído mucho estos días, y por momentos me he acordado cuando yo también era un adolescente que recibía clases de piragua. Creo que a todos nos gusta devolver algo a un deporte que te ha dado tanto, y estaría genial algún día poder enseñar yo a niños. Se trata de hacer cantera y apostolado kayakero con los que vienen detrás. De momento ya tiré el curriculum…..a ver si me llaman.

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