Ayer volvía a casa escuchando la radio. Hablaban en la Ventana dos enfermos mentales que participan todos los jueves. Uno de ellos comentaba que vivimos en una rueda que gira muy deprisa, y que no para. Problemas, rutina, estrés, trabajo…….. Todo es como un enorme tiovivo que te impide parar a pensar en lo importante de la vida. Hay que ver cuanta razón tenia.
Hoy mi mujer y yo hemos dicho «parad la rueda que nos bajamos, un minuto». Hemos cogido nuestro kayak Rainbow Oasis, y nos hemos regalado un día de kayak, en Benicasim. El día otoñal ha acompañado con un sol de escándalo, y una mar serena. Los jubilados extranjeros estaban hoy en la playa en su salsa.
Ha sido apenas un paseo de dos horas…..pero ese paréntesis sabe a gloria. Remando nos hemos quitado de la cabeza los ecos de la crisis, los niños, los jefes, y los rollos de la escuela. Como nuestro kayak, este día ha sido un verdadero Oasis en la vida. Hemos hecho una parada en el Hotel Voramar para almorzar tan ricamente en su terraza al solecito. Te recomiendo visitar este lugar y su playa del Voramar si pasas por Benicasim.
Hoy también daba la casualidad de que mi churri y yo cumplimos 10 años de casados y una cantidad incalculable de noviazgo. Toda una vida juntos dentro y fuera de un kayak, remando juntos hacia alante. En fin, me ha parecido genial, y cargado de simbología esta forma de celebrarlo. Mañana continua el homenaje con hotelito y cena romántica. Permaneced atentos porque en la próxima entrega van las fotos sin censura de la celebración cochinota nocturna 🙂